El erizo de mar es un molusco equinodermo. En su interior (la parte comestible) encontramos 5 masas glandulares, las gónadas o “yemas”. Estas son de forma un poco alargada y de color anaranjado. Las yemas deben consumirse justo en el momento en que se abre el erizo y la forma ideal de comerlas es directamente en crudo.
A la hora de consumir el erizo, hay que tratarlo como lo que es, un producto muy exquisito por sí mismo (como si de caviar se tratara). Así pues, teniendo en cuenta su sabor intenso pero elegante, fresco y su particular textura, el erizo se puede consumir sobre una tostada crujiente, sobre un plato de sashimi, sobre un tartar de gambas, para servir con carne de centollo o usarlo para realizar nigiris con sus yemas.